Alguna vez hemos tenido la oportunidad de comprobar cómo el aire frío se introducía por las rendijas de las ventanas e incluso movía cortinas. Esta circunstancia se repite en una cámara vacía.
Mediante un procedimiento de obra pequeña es posible introducir el poliuretano en estado líquido en dichas cámaras y al reaccionar se expande por todo el espacio vacío que encuentre, consiguiendo así eliminar las corrientes de aire que a la vez que anulan la eficacia térmica de la cámara arrastran la humedad de la cara fría a la caliente provocando condensaciones internas.
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